miércoles, 6 de junio de 2012

El Diario de Yvonne (Capítulo 2)

<<Aquel hombre anciano le miraba fijamente. Prejuicioso, desconfiaba de su desconocida personalidad, su extraña actitud, su peculiar forma de ser. La pequeña, envuelta en un frágil vestido blanco, con pinceladas de sangre, se sentía indiferente y tranquila.

-¿Lo harías de nuevo? -preguntó el sabio, reconocidio por su experiencia en su campo durante tantos años.
 

La joven no dio más respuesta que una respiración serena, asintiendo posteriormente con los parpados caídos.

-¿Qué viste, Anne?

-Todos estaban reunidos.

-¿Todos?

-Ajá...

El silencio entrecortó la compleja conversación, y un ambiente de tensión les rodeó abrazando a ambos.

-¿Por qué? -insistió el viejo, confuso.

-¿Qué sentido tiene no disfrutar de la vida? ¿Qué sentido posee ella? Las respuestas sólo se hallan actuando...

-¿Cómo lo descubriste? -escarbaba en su interior, buscando resolver los misterios que le envolvían.

-Cada día, cada amanecer a la misma hora... Despertaba de sueños sin importancia y después veía mi reflejo en el gran espejo de mi aposento... Entonces me pregunté, ¿quién soy? ¿Cuánto tiempo más continuaré de esta forma?

-¿Qué sentiste, Anne?

-Que la rutina me encadenaba a una jaula pequeña.

-¿Qué querías, Anne?

-Libertad.

Sin embargo, su constitución física, consumida por una grave anorexia, le hacía débil y vulnerable. "¿Qué daño podía hacer ella?" Se preguntó el hombre. Supuso en ese momento, que era obvio que había un segundo ente detrás de todo esto.>>

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