El Desván siempre ofrecerá interesantes entradas de motivos culturales (parcialmente macabros o misteriosos) que seguramente pasan desaspercibidos a día de hoy.
En este día, el Desván rescata de su biblioteca El Garrote Vil, un sistema de tortura y muerte presente en España hasta 1978, año en que se suspendió la pena de muerte.
El Garrote Vil, destinado a las víctimas de ejecución de la sociedad de española, era un mecanismo simple donde se sentaba al reo en una silla. Una vez sentado se ataba a su cuello a un collar de hierro que disponía de un tornillo que atravesaba una vértebra de la víctima, provocando la muerte instantánea. El verdugo giraba una manibela que hacía penetrar el tornillo en el cuello del ejecutado; y, dependiendo de su fuerza y de la resistencia física de el último, se podía producir una muerte más tardía. Consecuencia de esta tortura, el apresado se retorcía de dolor hasta su último momento.
Dicho instrumento se comenzó a usar en el siglo XIX durante la República Romana. Los nobles recibían su muerte mediante la decapitación, mientras los criminales del pueblo eran destinados a morir al garrote.
Sirvió de sustituto a la horca, ya que ésta alargaba la muerte y la tortura.
Durante la transición democrática, se abolió la pena de muerte, dejando así al garrote vil en el olvido.
Fuente: Wikipedia
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